1. No hace falta esperar a llegar al destino para que empiecen las vacaciones. Las vacaciones empiezan desde que subes al barco. La tripulación te dará la bienvenida con la mejor de sus sonrisas.
2. La posibilidad de visitar varios destinos en un solo viaje. Este es sin duda el gran atractivo de los cruceros: visitar distintos lugares a un precio más económico que si tuvieras que visitarlos en un viaje tradicional. Además del incremento de precio, tendrías que invertir bastante más tiempo en desplazamientos.
No sólo te ahorras dinero sino que te ahorras el engorro de hacer y deshacer las maletas cada vez que cambias de destino. Durante todo el viaje estarás alojado en el mismo lugar.
3. La diversión a bordo de un crucero es infinita: espectáculos, casino, spa, discoteca, piscinas, comidas, deportes, actividades… Siempre hay algo que hacer. ¡Y lo mejor de todo es que la mayoría de actividades van incluidas en el precio!
4. Disfrutar de un complejo de lujo sin pagar una fortuna. A bordo del crucero no echarás en falta nada: dispone de todo tipo de comodidades e instalaciones para hacer que tus vacaciones inolvidables. Además recibirás del personal un trato inmejorable. ¡Incluso te harán la habitación dos veces al día!
5. Las vistas increíbles del mar. Tanto la salida como la puesta del sol son mágicas en alta mar. Además podrás ver las ciudades desde otra perspectiva.
6. Las opciones de restauración que ofrece. Si eres una persona de buen comer, un crucero no te defraudará. Abierta prácticamente todo el día está el buffet libre, donde siempre hay algo para comer, sea la hora que sea. Además hay disponibles varios bares y cafeterías donde siempre puedes tomarte algo.
Por las noches no puedes perderte la cena a la carta, una oportunidad para lucir tus mejores galas. Suelen combinar en una misma mesa a personas afines, con quienes compartirás todas las cenas del crucero. Es aquí donde se entablan relaciones sociales y a veces amistades que perduran.
Además muchos cruceros ofrecen más opciones de restauración (no incluidas en el precio) donde podrás probar distintas especialidades. Aunque si eres de los más perezosos, siempre tienes la opción de llamar al servicio de habitaciones (por un pequeño coste claro está).