Nuestro cuerpo está habituado a unas tareas cotidianas, a un horario constante en las comidas, dormir, deporte, trabajo, ocio…, y cuando realizamos viajes a largas distancias y a mucha velocidad, este horario se ve alterado. Esta alteración de los ritmos biológicos se conoce como Jet Lag.
El Jet Lag se produce más fuerte cuando se viaja de oeste a este, ya que «se pierden horas» en el ajuste horario y esto hace que se alteren nuestro ritmos. Sin embargo, si se viaja de este a oeste se ganan horas y el cansancio es menor.
Esto puede dar lugar a reacciones físicas como fatiga, problemas intestinales, sensación de malestar, pérdida del apetito, problemas de concentración, falta de memoria, irritabilidad, dolores de cabeza…
Por este motivo es aconsejable tomar una serie de precauciones.
- Unos días antes de viajar intenta ir alterando el horario de sueño y el de las comidas para que se vayan pareciendo al del país destino. La noche antes de viajar intenta dormir bastante. Si puede ser organiza el vuelo o los vuelos para que cuando llegues al destino sea de día pues así tendrás más ganas de estar despierto y si es posible intenta realizar alguna escala de forma que la adaptación sea más gradual.
- Durante el vuelo intenta no beber bebidas alcohólicas ni con cafeína. Bebe bastante agua para estar bien hidratado. Camina por el avión con frecuencia para tener una buena circulación y así te encontrarás mejor. Ajusta tus horas de sueño al horario del destino e intenta dormir durante el viaje. También es buena idea poner en el reloj la hora del país de destino pues psicológicamente hará que te vayas adaptando más rápidamente al nuevo horario.
- Cuando llegues al destino, come tres veces al día según el nuevo horario. Es recomendable hacer ejercicio para elevar el nivel de endorfinas, lo que hará que te sientas mejor. Además el mover los músculos combatirá la rigidez que produce un largo vuelo. Permanece en el exterior mientras haya luz solar, y duerme según el patrón normal de un día de 24 horas. El primer día intenta no estresarte, tómate las cosas con calma.